el amor

El amor nace con una sonrisa, crece con un beso y se muere con una lagrima.

jueves, 9 de febrero de 2017


Reencuentro inesperado

Lady Emma se retorcía las manos con impaciencia. ¿Por qué tardaba tanto? Su futuro dependería de ello. Necesitaba un marido antes de que su padre escogiera un conde con cuatro dientes podridos y carnes colgando.  Quería conocer al caballero enviado por su querida amiga. Un conde desheredado por desobediencia y rebeldía para con sus padres. Ella también era rebelde, pero  no podría escaparse de un matrimonio concertado. Así, decidió casarse con un hombre elegido por ella siempre y cuando  el, respetaría sus condiciones. El recibiría su más que significativa dote y un nombre respetable para la corte, en cambio ella no tendría que casarse con algún viejito baboso con barbas teñidas de blanco. Al menos que sea presentable  pensó con tristeza, ya que no albergaba esperanzas de volver a ver al único hombre que conquistó su corazón.  El mejor amigo de su hermano se estaba desposando con la hija de un gran noble de Londres. Julián nunca respondió a su amor. Después de robarle un beso, su primer y último beso, se marchó sin despedirse. Cuatro años después, Emma seguía saboreado sus labios y sabía que su corazón le pertenecía para siempre. Oyó unos pasos aproximándose y se volvió lentamente.  Agrandó mucho los ojos cuando se topó con un hombre de alta estatura, ataviado de negro y con una mortífera espada colgando de su cintura. Su perfil era majestuoso y… familiar.  Rasgos esculpidos, pómulos altos, cubiertos por una piel dorada, ojos  azules como el cielo de verano y el cabello besado por el sol. Demasiado parecido con… La sangre se enfrió en sus venas y sintió que la tierra se fundía bajo sus pies. ¿Era posible? Los recuerdos se agolpaban en su mente mareándola. Abrió los ojos con sorpresa y horror cuando él se acercó a ella.

 — ¿Tu? —balbuceó Emma con un hilo de voz.

—Han pasado muchos años pequeña,  eres… toda una mujer —dijo Julián penetrándola con la mirada.

— ¿Cómo te atreves? —Chilló Emma temblando —aparecer como si nada para desaparecer después. Te marchaste Julián, sin despedirte.

—Tenía que hacerlo Emma, te lo explicare. —Dijo Julián con tono suave —no quería lastimarte.

—Pero lo hiciste. ¿Por qué estás aquí? Víctor esta en Londres —preguntó con tono burlón.

—Estoy aquí por ti —contestó con cautela— .Lady Margaret me hizo saber que necesitas un esposo.

—Tú no puedes ser mi esposo, vas a desposar a lady Elizabeth.

—Tuve que deshacer aquel matrimonio Emma. La única mujer que he amado y amare siempre eres tú. Mi familia me ha renegado pero no me arrepiento.

—Te marchaste Julián, sin despedirte —Emma se esforzó para dominar su temblor sin éxito.  

—Lo sé, pero me asustaba lo que sentía. Eras la hermana de mi mejor amigo y mi familia había hecho un pacto. En aquel momento pensó que era lo mejor. Julián se acercó a ella pegándose a su cuerpo. Cuando sus labios se encontraron el terremoto se desató bajo sus pies. El primer beso quedo en una experiencia mística, ahora prometía paraíso y música celestial. El corazón de Emma surcó los cielos viendo  sus sueños hechos realidad. Pero ¿podía confiar en él? Lo pensaría después, ahora quería guardar aquel momento en su memoria para siempre.

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