Voy a pasear
un rato, estoy hasta los tuétanos de tantos guarros. Están allí oliendo a
mierda. No se lavan, son asquerosos, ¿cómo pueden salir de casa con ese olor?
Los odio, odio a todos los hombres, odio las mujeres también, por tontas. ¿Pero
que se creen? Andan emperifolladas por allí, cuchicheando con las amiguitas,
diciendo cuan felices son, con sus mariditos, cuando ellos no hacen más que
usarlas, esto es lo que somos las mujeres para usar y tirar. Y ese de allí, que
besa a esa rubia sin cerebro, como sonríe la tonta, como se cree todo lo que le
dice, yo también me lo creía. Cinco años, creí a ese granuja, yo también
sonreía así. Ahora me creen ellos a mí cuando les sonrió, cuando les digo que
tengo ganas de echar un polvo, vienen como cachorritos a por la leche de mama,
y les doy leches. Sé que soy guapa, todos me lo dicen, se quedan allí
mirándome, se les caen las babas por meter el pescuezo entre mis piernas, tal
vez al próximo le enseñare las bragas para que se lleve un buen recuerdo, me lo
pensare, tengo en casa un buen pedazo de imbécil esperándome, seguro que habrá
encendido las velas, este es de esos, que se creen románticos.
Pero me
demoraré, que espere, que disfrute de su estupidez un poco más, me excito solo
con ver el miedo en sus ojos. Es lo que vio Martin cinco años atrás en los míos
pero ya no. Ya no tengo miedo, ellos lo tendrán. Voy a disfrutar leyendo
y tomando un buen café, tal vez fumaré un cigarrillo, ¿por qué no?, no voy a negarme
ningún caprichito, además aquí en esta cafetería él camarero se cree Adonis,
puede que sea el siguiente en la lista, siempre que me ve se acerca
sonriendo hinchándose como un pavo. Anda que te hincharas si caes en mis manos,
ya caerás tu también, ya se tu repertorio si lo usas con todas igual que
Martin. Aquí fue donde lo apuñalaron, en la entrada pareció pelea callejera,
pero no lo fue. Yo lo sé, pero nadie más. Todos los que lo sabían lo siguieron,
no me gusta dejar ningún cabo suelto. He pedido ayuda a un par de mamarrachos,
les dije cuanto sufría de sus maltratos les prometí dinero, tenía que
parecer que se peleaban entre ellos y que a él lo apuñalaron por error. Luego
huyeron a mi casa para darme la noticia y les pague, pero no con dinero…, no
los necesitaban allá a donde iban. Tenían que pagar todos, antes me observaban
con desprecio, algunos con pena cuando me veían el ojo morado. Cuchicheaban a
mis espaldas, pero los silenciare, ahora soy hermosa. Lo sé. Arturo, parece distinto, es todo lo que
hubiera querido de un hombre alguna vez pero ya no. Ahora lo único que me hace
feliz es verlos sufrir, retorcerse, humillarlos, observar cómo pasan de placer
a estupefacción, al horror de saber que todo acabaría para ellos, eso le hare a
Arturo y disfrutare. Como he disfrutado de cada uno de ellos menos con Martin. No
vi su mirada cuando su vida se apagaba. Ya se acerca el Adonis, me mostrare
amable, a lo mejor aceptaré hasta una cita una lástima de ese rostro tan
bonito…, Arturo me está esperando, que espere, si supiera lo que aguarda…, con
velas encendidas y con cava…, bueno lo de las velas es muy acertado, le
iluminaran el camino.
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